¿PORQUE NO A LOS LÁCTEOS EN LA ALIMENTACIÓN UNANI?

En este post veremos porque la alimentación unani es una alimentación libre de productos lácteos, cuál es el fundamento de esta recomendación y que pasa al dejar de consumirlos. 

Una de las principales recomendaciones de la alimentación unani es dejar de comer cualquier producto lácteo: leche, quesos, crema, mantequilla, yogurt, yakult y todos aquellos alimentos que los contengan dentro de sus ingredientes y preparaciones. Es fundamental dejar de comerlos pues tienen un efecto en nuestro cuerpo y nuestra salud, muy especialmente en nuestro sistema digestivo y nuestro sistema inmune.


¿Leche de vaca, para humanos?

La leche y los productos lácteos provienen de la vaca, un animal que además de ser de otra especie, es un herbívoro. Sabemos que las hembras de cada especie animal (humanos incluidos) producen leche para alimentar a sus crías, siendo éste el primer alimento que recibe el bebé de cualquier especie.   

Cada leche además de contener los nutrientes que necesita el bebé o cría contiene también defensas específicas que fortalecen el sistema inmune y sustancias específicas que preparan su sistema digestivo para el momento cuando ya reciba alimento sólido. 

El problema viene porque nosotros como especie humana estamos dándole a nuestros bebés y niños leche de vaca, que es para otra especie animal y además las vacas tienen un sistema digestivo herbívoro, no omnívoro como nosotros, desde este punto de vista la leche vacuna no es para nosotros y esto tiene terribles consecuencias en nuestra salud, si a esto le aunamos que hay muchas personas que aún siendo adultas y toda su vida prácticamente consumen leche de vaca, los resultados son desastrosos.    

Es la leche materna la adecuada para alimentar a nuestros bebés y niños, pues contiene los nutrientes específicos, las defensas específicas y las sustancias específicas para el desarrollo de nuestro sistema digestivo, nuestro sistema inmune y en general de nuestra especie. Y este consumo de leche materna es solamente por un tiempo corto en la vida del niño, posteriormente su nutrición será a partir de alimentos, no es para consumirse toda la vida, no es posible, ni siquiera se nos ocurre la idea de tomar leche de nuestra mamá por siempre, verdad?. 

La leche de una especie es sólo para esa especie, es una regla de la naturaleza que no debemos ignorar, ni transgredir.


¿Qué pasa especialmente en el sistema digestivo al comer lácteos?

Lo primero y lo que más se afecta es el sistema digestivo cuando tomamos leche y consumimos productos lácteos, es lógico pues es la vía de entrada de estos alimentos. 

Los lácteos son alimentos con un alto grado de alcalinidad que llevados a un medio naturalmente ácido como es el estómago generan un proceso de fermentación y de acidificación que es la raíz de una gran cantidad de enfermedades gástricas y muchas otras más. 

A partir de los dos o tres años de edad el ser humano produce menos enzimas para digerir la leche (la leche materna por supuesto), estas enzimas son la renina y lactasa, que de alguna manera nos intentan ayudar a digerir la leche de vaca pero con resultados pobres. 

Al no digerirse la leche de vaca o cualquier producto lácteo se genera una mucosidad en los intestinos, esta mucosidad no permite la correcta absorción de nutrientes, lo que da pie a una pobre nutrición e incluso anemia.

También generan permeabilidad intestinal, que es cuando el intestino deja pasar por algunos espacios abiertos alimentos parcialmente digeridos que entran después al torrente sanguíneo. 

Los lácteos además son alimentos que acidifican la sangre, irritando, inflamando y congestionando los tejidos y órganos de nuestro cuerpo, produciendo además de estos síntomas en el sistema digestivo otros problemas como afecciones respiratorias, alergias, acné, diabetes, e incluso propician el desarrollo de células cancerígenas por el entorno ácido que generan.   

Tomar leche de otro animal (no somos vacas) y además de otro animal con una dieta tan diferente (dieta herbívora) nos cambia el ph de la digestión, no podemos digerir bien los lácteos (principalmente su proteína: caseína) ni digerir correctamente otros alimentos. 

Los peores lácteos son los lácteos jóvenes (quesillo, requesón, jocoque, queso panela, etc.). El daño a nuestro sistema digestivo que nos causan los lácteos incluye: gastritis, colitis, reflujo, estreñimiento, diarrea, infecciones gastrointestinales repetitivas, pólipos, divertículos. 


“Los lácteos acidifican nuestra sangre y nos cambian el pH de la digestión”

 

¿Sistema inmune y lácteos?

Si comes lácteos, el sistema inmune es deficiente y no está fuerte, esto en parte también es por el consumo de agua sola y por la falta de nutrientes de la dieta actual. 


El sistema inmune normalmente crea anticuerpos (defensas) para los antígenos (microorganismos patógenos o sustancias que el cuerpo considera tóxicas o extrañas). Con estos anticuerpos el organismo a través del sistema inmune busca protegerse y a la vez atacar a estos microorganismos o sustancias que considera extrañas o peligrosas.  

El sistema inmune tiene memoria y por ello cuando entra un microorganismo ocurre una reacción antígeno-anticuerpo, es decir el sistema inmune detecta un virus, bacteria, etc., que considera una amenaza y enseguida genera y envía las defensas adecuadas para atacar y eliminar estos microorganismos y mediante este proceso el sistema inmune nos protege. 

Los lácteos tienen grandes cantidades de anticuerpos, si comemos queso, leche, requesón, yogurt etc., estamos comiendo proteína (caseína) que es también anticuerpo, estos anticuerpos pasan por el sistema digestivo y en el intestino forman antígenos, que van a pasar a través de la sangre a los distintos tejidos y órganos con el consiguiente ataque del sistema inmune no solo a los antígenos sino a nuestro propio cuerpo. 
Cuando comemos lácteos y  seguimos comiéndolos regularmente y casi a diario, se generan una gran cantidad de antígenos, que el sistema inmune no puede atacar con sus anticuerpos, estos antígenos se alojan en distintos lugares del cuerpo, órganos, articulaciones, etc., y el organismo intenta atacarlos, sin embargo este ataque se vuelve deficiente e inespecífico y lo que sucede es un ataque a  las células de diversos órganos de nuestro cuerpo y articulaciones, dando como resultado enfermedades como las consideradas autoinmunes (lupus, esclerosis múltiple, tiroiditis de Hashimoto, etc.), así como artritis, reumatismo, alergias, entre otras más.

“Es la proteína de la leche de vaca la responsable de hacer que nuestro sistema inmune ataque a nuestros propios órganos y tejidos”


“La proteína está presente en todos los lácteos desde la leche, incluso la deslactosada hasta los quesos, la mantequilla y el yogurt, pues no hay lácteo que no contenga proteína. Así que todos los lácteos nos dañan.”



Otra vía de ataque de nuestro sistema inmune es porque esta proteína de la leche (caseína) se parece en su estructura y secuencia a otras moléculas de nuestro cuerpo, esto se llama mimetismo molecular: se confunden los tejidos corporales con algún invasor extraño, en este caso la proteína de la leche, haciendo que el sistema inmune se confunda y ataque moléculas que se parecen (órganos y tejidos) por esa similitud que tienen. 

La proteína de los cereales hace lo mismo que la proteína de la leche. Si comes pan, pasta y harinas vas a generar antígenos, con las mismas desastrosas consecuencias para el sistema inmune. 


antigeno-anticuerpo-2

Los lácteos y sus graves daños

Ya vimos que las formas o vías por las que la leche y los productos lácteos causan daño a nuestro cuerpo son: 

Vía digestiva = directamente cambiando el ph de nuestra digestión y al acidificar nuestro cuerpo. 

Vía inmunológica = generando antígenos y también mediante el efecto de mimetismo molecular. 


Entre las enfermedades asociadas al consumo de leche y productos lácteos, se encuentran:

Enfermedades-por-lacteos

“Los lácteos nos dañan tanto por vía digestiva como por vía inmunológica”


El mito de la leche como fuente de calcio

Ya sea por costumbre o tradición actualmente consumimos la leche de vaca y los productos lácteos con la creencia de que se encuentran entre los mejores alimentos, principalmente para los niños. 

Por años, se ha creído que la leche es la mejor fuente de calcio pero un artículo publicado en el Postgraduate Medical Journal en 1976 reveló que “no se ha verificado que la deficiencia de calcio en el organismo tenga que ver con una dieta con bajos niveles del mismo”. 

Es más, según varios especialistas (Dr. John McDougall, St Helena Hospital de Napa California; Dr. William Ellis, Academia Americana de Osteopatía Aplicada; entre otros), las proteínas lácteas producen un estado con alto contenido de fósforo que extrae el calcio de los huesos. 

Estudios realizados como parte del Proyecto Cornell Oxford-China de Nutrición, Salud y Medio Ambiente demuestran que en Japón y China donde casi no consumen lácteos, se registran los niveles más bajos de osteoporosis. 

En cambio, en Estados Unidos, país donde se realiza el mayor consumo de leche, es donde más incidencia de osteoporosis hay entre su población. De hecho, una tortilla nixtamalizada aporta más calcio que un vaso de leche.

“Los lácteos no protegen de la osteoporosis, al contrario, la favorecen. Existen alimentos con mayor cantidad de calcio que los lácteos, y que no nos dañan la salud.”


La leche de vaca no es un buen alimento para los bebés, los niños… para nadie.

Hemos visto con toda esta información que la leche de vaca y sus productos derivados no son buenos alimentos para el consumo humano. A cualquier edad.

No somos vacas, y tomar leche de otro animal y de otro animal con una dieta tan diferente (dieta herbívora) nos cambia el ph de la digestión, no podemos digerir bien los lácteos por sus proteínas.

 

La leche naturalmente contiene defensas, el problema es que esas defensas son específicas por especie, por lo que las necesidades inmunes que tiene una vaca no son las mismas que tiene el ser humano.

Este problema empieza desde el primer día que tomamos lácteos y se continúa hasta la edad que tenemos, realmente nunca hemos estado sanos del intestino, ni del estómago. 

La clave es la flora intestinal. La flora intestinal que generan los lácteos es una flora intestinal para herbívoros, para vacas, y nosotros necesitamos una flora intestinal para humanos. La vaca tiene un sistema digestivo ácido, de ph ácido, y el ser humano tiene un sistema digestivo alcalino, de ph alcalino. Por lo que es fundamental para nuestra salud dejar de consumir lácteos. 


Los lácteos no aportan prácticamente nada a nuestra alimentación y no nos nutren. Si bien a algunas personas pueden resultarles atractivos por su sabor, la proteína (caseína) que contienen es una proteína que no nutre, el cuerpo no la aprovecha y muy por el contrario, al cuerpo le cuesta digerirla y es esta caseína la que nos provoca reacciones inmunes con sus terribles consecuencias y daños a nuestro cuerpo. 

“Los lácteos no nos nutren y si nos dañan la salud.”


Es por todo ello que en la alimentación unani, se eliminan completamente los lácteos, se consumen otras excelentes fuentes de proteína (carne de res, huevos, etc.) para nutrirnos, se consume tortilla nixtamalizada para obtener el calcio que necesitamos y se promueve también el uso de bebidas fermentadas como el vinagre de manzana, el pulque, tepache, tejuino, que contienen microorganismos benéficos que nos pueden fortalecer tanto nuestro sistema digestivo como nuestro sistema inmune para ayudar a reparar el daño provocado por el consumo de lácteos. 


Si no realizas la alimentación unani, haz la prueba, deja de comer lácteos notarás una pronta mejoría en tu digestión y en diversos síntomas que presentas, al eliminar su consumo. Y ayúdate tomando vinagre y alguna bebida fermentada para mejorar tu flora intestinal.


Si ya realizas el sistema de alimentación unani, deseamos que esta información reafirme tu compromiso, tu conocimiento y te sirva de motivación extra para continuar con esta maravillosa alimentación que nutre y cura. 


 ¿Ya dejaste los lácteos?  ¿Te resultó fácil hacerlo? ¿Qué mejorías has tenido en tu salud? 

Esperamos tus comentarios. 

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